En La Clínica, se presentan 5 proyecciones de Siluetas realizadas en su visita a Oaxaca, una por sala, a la par de instalaciones realizadas por artistas contemporáneos en reflexión a las piezas proyectadas y la manera en que uno puede sentarse a contemplarlas.
“De alguna manera su obra trata acerca del espectáculo performativo”, dijo Catherine Morris, una curadora sénior del Centro Elizabeth A. Sackler para el Arte Feminista del museo, en una entrevista telefónica. “Se trata de teatro, de capturar momentos a través de distintas formas de documentación. Luego lleva todo esto al mundo en general, donde quizá no sería considerado parte de las bellas artes. Lo convierte en algo inteligente, desgarrador y emotivo”.
Fue en un viaje de estudios a los sitios arqueológicos de Oaxaca, con Hans Breder, donde desarrolló un sentido reverencial por el espacio sagrado describiendo su experiencia «como volver a la fuente, pudiendo obtener algo de magia con solo estar allí». México se convirtió en algo así como su lugar de acogida y fueron los primeros viajes a este país el punto inspiración para su serie «Silueta» en el que invirtió siete años de su carrera (1973-1980).